viernes, 13 de enero de 2012

ALIMENTA A 245 NIÑOS


Esta nota fue publicada en El Heraldo de Chihuahua, narra las experiencias de la Sra. Doña Imelda Gomez, en su labor cotidiana en el albergue de AMANC.

Lo "extraño" en este caso si se puede calificar asi, es el numero de niños enfermos de cancer con los que ha convivido. Digo en virtud que que algunas fuentes han señalado o se empeñan en decir que "no existen casos" o son "aislados".

245 niños que han estado en una sola institucion, ahora bien imaginemos cuantos mas habra o bien son atendidos en otros hospitales o lugares.

En fin, anexo la nota integra de la entrevista con Doña Imelda Gomez:

Su pasión por ayudar la convirtió en la "nana" de 245 niños

Imelda Gómez Molina apoya diariamente en la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer. Foto: El Heraldo de Chihuahua.

> Imelda Gómez, cocina para víctimas del cáncer

El Heraldo de Chihuahua

12 de enero de 2012

Karen Hernández

Chihuahua, Chihuahua.- Imelda Gómez Molina, de 51 años, es "la nana" de 245 niños víctimas del cáncer, para quienes cocina y entrega su apoyo diariamente en la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer, "mi trabajo es animar a estos niños para que sigan luchando por vivir".

Por 2 años y medio, Imelda ha jugado el papel de cuidadora y guía de estos pequeños, que la consideran incluso como una madre y amiga, pues es ella quien se ha encargado de impulsarlos a luchar en la dura batalla contra el cáncer.

Nacida en el municipio de Aldama, la señora Imelda se vio obligada a enfrentar las carencias económicas desde pequeña; tras la muerte de su madre, Gómez, de 11 años, su padre y sus 5 hermanos abandonaron su hogar y se mudaron a la capital del estado, donde a la edad de 18 años Imelda consiguió su primer trabajo en un supermercado, "a pesar de que sólo estudié la primaria, soñaba desde niña con ser una chef reconocida y alegrar a los demás con mi trabajo".

Una vez que esta querida nana contrajo matrimonio, comenzó una nueva etapa como esposa y madre, "la comprensión de mis hijos es indispensable en mi vida; a pesar de los sacrificios por los que pasamos juntos, ellos me alientan cada día para que continúe esforzándome".

Hacia el año 2000, Imelda decidió viajar a Estados Unidos en busca de un trabajo que le permitiera sacar adelante a sus 5 hijos, sin embargo, fue deportada meses después, y, desalentada, comenzó a trabajar en una maquiladora.

"A pesar de la injusticia y el desamor que vemos a diario en el mundo, yo he sido testigo de que la buena voluntad existe en muchas personas", comentó Imelda, refiriéndose al momento en el que el gerente de un comedor industrial le dio la oportunidad, en el año 2001, de obtener su primer trabajo como cocinera y posteriormente como supervisora del comedor industrial.

Luego de años de arduo trabajo, la señora Gómez consiguió diversos reconocimientos por trato al público, preparación de alimentos, así como cuatro distintivos "H", por el desempeño responsable de sus labores.

Sin embargo, Imelda no había descubierto su vocación aún; a mediados del 2009 comenzó a trabajar como cocinera en el albergue de AMAC, donde conoció a Ulises, un pequeño que a sus 11 años se encontraba luchando por sobrevivir entre quimioterapias y hospitales, "como la mayoría de los pequeños que tienen cáncer, Ulises no tenía fuerza ni ánimos para comer o ponerse de pie, así que lo animé a probar una sola vez mi comida y a partir de ese momento dejó de comer en el hospital para venir al albergue conmigo".

Así fue como doña Imelda descubrió su pasión por ayudar a estos pequeños y pasó a ser una de las personas más queridas en el albergue, "estos niños son parte de mi familia y apoyarlos es mi todo", comentó orgullosa.

Con lágrimas, Imelda, quien a diario pasa horas extras con sus queridos niños, recordó los momentos más difíciles que ha vivido en el albergue al tener que enfrentar la muerte de algunos de ellos, "pero otro de mis propósitos es enseñar a estas pequeñas personas a recuperarse del dolor y a ser fuertes".

Igualmente, Imelda exhortó a los trabajadores de instancias de asistencia social y hospitales a realizar su trabajo con amor ante todas las cosas, "cuando se trata de niños, hay que trabajar con el corazón y recordar las promesas que se hicieron durante los años de escuela".

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