
Ayer en el noticiero Omnia.com.mx, se publico esta interesante nota de una entrevista con el Ing. Manuel Antonio Cano Villalobos, quien documento la muerte de su ganado por alimentacion con transgenicos.
El Ing. Cano, al mismo tiempo habla de todas las cosas malas que desencadena el uso de este tipo de siembras, pero lo mas destacable; es que es un precursor del cancer el glifosato, un herbicida ligado a estas practicas.
Anexo la nota:
Documentan muerte de ganado por uso de alimento transgénico
El consumo de suplementos alimenticios transgénicos ya comenzó a
ocasionar la muerte de ganado, y al menos dos casos, que se presentaron
en Jiménez, ya fueron documentados.
En entrevista, el ingeniero zootecnista Manuel Antonio Cano
Villalobos, miembro de las organizaciones Fundación por la Salud Física y
Mental, Ranchos Orgánicos y Ecológicos de Norteamérica y de la Unión
de Científicos Comprometidos con la Sociedad, detalló que él es uno de
los afectados, puesto que el año pasado dos de sus becerros murieron por
el consumo de transgénicos.
“Soy ganadero, aparte del activismo
social, y documenté dos casos de malformaciones congénitas en mi
ganadería naciente del uso de harinolina transgénica, que es el único
suplemento alimenticio que utilizo. Uno es macrocefalia, que es el
crecimiento del cerebro, y una hidrocefalia; fueron dos becerros que no
alcanzaron a sobrevivir, nacieron, pero luego murieron. Tuve cuatro
casos, hablamos de un 6% del porcentaje de pariciones que nacieron con
defectos congénitos de este tipo”.
Mencionó que tradicionalmente
ha utilizado los mismos insumos, pero hace cuatro años les cambiaron el
algodón nativo del estado por algodón transgénico, y el suplemento viene
de ahí.
Resaltó que todos los algodoneros del estado comenzaron a
sembrar transgénicos; “es por ello que nos afectó a los ganaderos e
incluso a la industria que utiliza el algodón, como recientemente lo ha
confirmado un estudio de Argentina, que determinó que en los cotonetes,
las toallas femeninas y gasas estériles médicas se encuentran restos del
glifosato del agroquímico”.
“Toda esta promoción protrasgénicos
obedece a los intereses de las compañías de vender más sus productos y
monopolizar el mercado de las semillas, toda vez que están pagando a
mejor precio la semilla transgénica en comparación con la semilla
convencional nativa, con la finalidad de desplazarla y apoderarse del
mercado total. Aparte están cocinando en el Senado una iniciativa de ley
para evitar que el agricultor siembre o intercambie sus semillas con
otros si no las tiene debidamente registradas”, mencionó.
Señaló
que lo anterior va a representar un desplazamiento casi total de las
semillas nativas y de la forma en como muchos agricultores van a volver a
resembrar, puesto que van a tener que comprarle a las compañías
transgénicas.
El profesionista dijo que conserva las partes de
los órganos internos de los animales para mandarles a hacer pruebas
donde sea necesario.
“Hablé con la UNAM el año pasado y les
expuse esto, estuvimos en dos cursos empujados o promovidos por la Unión
Europea, que quieren que les produzcamos carne ecológica, y les expuse
este caso; sin embargo, me dijeron que se necesitan laboratorios
sofisticados para lograr determinar cuál fue la causa. “Sí podemos
encontrar restos de glifosatos, mas no determinar qué fue la causa; nos
basamos en un estudio que salió hace dos meses en Argentina”, dijo.
El
suplemento alimenticio lo adquirió en la empresa Capitán y un vecino
que también utiliza un alimento balanceado que contiene arinolina sufrió
la misma situación con alguno de los animales.
“Hace dos años
tuve una reunión con el Gobernador del Estado y le hice ver lo riesgoso
que es la autorización y el uso de los transgénicos, y él me comentó que
se estaba valorando todo eso, que no se descartaba una parte ni la
otra”.
Resaltó que también le propuso el utilizar carne
ecológica, al igual que con ganaderos, pero esa iniciativa no tuvo el
eco necesario.
“También sostuve una plática con la Unión Ganadera
para que busquen la producción de carne ecológica, que se evite la
carne de engorda, incluso di una conferencia en el Cimav sobre este tema
aduciendo a que se está compitiendo con los granos que están
consumiendo los animales, encareciendo el producto, contaminando también
la salud de los consumidores, porque la agricultura industrial y la
transgénica requieren de más tecnología e impacto ambiental, y pues todo
ello contribuye más al calentamiento global”.
Expuso que en
México se dio por parte de la Suprema Corte de la Nación una sentencia
que impedía la producción de maíz transgénico en el país, pero ahora
surge un grupo protrasgénico naciente en Chihuahua, que ha engañado a
otro tipo de personas, como a los ganaderos, aduciendo que con una
siembra propia de transgénicos en el estado van a disminuirse más en
precio y ello les va favorecer; “pero sucede que para la ganadería, al
igual que para la salud humana, es altamente contraproducente y nociva”,
recalcó.
Destacó que la propuesta con la Unión Ganadera era el
consumo mínimo de suplementos no producidos en el rancho, organizar
bien las ganaderías o ranchos ganaderos, y que de ahí nazcan los
alimentos necesarios para los animales, y evitar comprar maíz y
arinolina para suplementar el ganado, porque eso revoca escasez y
encarecimiento del grano.
“Pero ahora el riesgo que tenemos es
que este grupo protransgénico que nació en el estado también involucró a
los ganaderos, quienes ignoran los defectos que provocan en las crías o
ganaderías. Lo grave es que nazca una iniciativa fuerte donde se logre
autorizar la siembra de maíz transgénico. No es un beneficio para la
sociedad, no hay mayor productividad, eso no es cierto, se ha comprobado
que las mejores semillas con el mejor sistema de siembra producen lo
mismo o más que los transgénicos”.
Resaltó que los ganaderos del
sur del país son más cultos que ellos, más unidos, pues forman un
blindaje que ha logrado que se impida la siembra de esos transgénicos,
incluso Yucatán ya se manifestó junto con su Gobernador para impedir la
siembra de soya y maíz transgénico.
Explicó que el agroquímico
compatible con todas las semillas transgénicas, llamado glifosato, en
combinación puede ocasionar una serie de enfermedades. Actualmente están
documentadas 25 que se pueden desarrollar en la población.
“En
México se ha detectado por la Unión de Científicos Comprometidos con la
Sociedad que nos provoca alteración hormonal, daños al sistema
inmunológico, cáncer, diabetes tipo dos, desequilibrio de las bacterias
del intestino y daños en nuestro ADN”, agregó.Añadió que lo
grave es que a medida que pasa el tiempo se está utilizando mayor número
de semillas transgénicas para consumo humano, y actualmente se importan
miles de toneladas para consumo animal y productos altamente
concentrados, como croquetas de perros.
“Sucede que Maseca y
Micsa también están tomando parte de ese maíz transgénico importado para
la elaboración de la harina para hacer tortillas que consumimos,
aproximadamente en una cuarta parte. Esto se debe a la competencia que
hay, las engordas de ganado son las culpables, porque compiten por el
consumo de granos con los humanos, y ello hace que los volúmenes
producidos sean insuficientes para los humanos; esto provoca la
importación masiva de los transgénicos, pero una de las formas de evitar
esa competencia por el grano es que volvamos a consumir la carne de
pastizal, carne directa del campo, que eliminemos por completo la carne
de engorda, aparte que es altamente nociva”.
Este año, dijo, se
hizo una investigación científica por parte de universidades de Hungría,
Dinamarca, EU e investigadores independientes con más de mil muestras
humanas, donde encontraron fragmentos enormes en el ADN de los
transgénicos en la orina, sangre, leche materna y en tejidos de carne de
animales alimentados con dietas basadas en transgénicos. Lo encontraron
en la fructuosa, que se utiliza en las bebidas endulzantes, jugos y
refrescos, que proviene del maíz transgénico.
En una breve
explicación, recalcó que los transgénicos no solamente afectan a los
consumidores, impactan más lo que viene siendo la biodiversidad porque
se recombinan con todos sus congéneres nativos que encuentren en la
naturaleza y luego producen una desertificación, porque el uso masivo
del glifosato, el agroquímico, ya no se aplica en las mismas cantidades
que originalmente se utilizaban, sino que ya dio origen a otras hierbas
nuevas más resistentes a ese producto y se ven en la necesidad de
aplicar grandes dosis. Antiguamente se utilizaban una o dos veces la
aplicación de este herbicida y ahora ya lo hacen aproximadamente cada
diez días.
“Impacta también en que no es volátil, sino que queda
en los ecosistemas en aproximadamente en un 70% y todo ello va a dar a
todas las fuentes de agua, destruyendo insectos benéficos, como las
abejas y mariposas, y es un depredador por todos lados donde se
utilice”.