sábado, 23 de julio de 2011

NIÑOS CON CANCER UNA LECCION DE VIDA

Esta nota aparecio en El Diario de Chihuahua, habla de los niños que a diario libran una batalla por sus vidas, adjunto la nota integra:

Niños con cáncer, una lección de vida

Por: Flora Isela Chacon | 21-Jul-2011 08:47

A su corta edad no saben de lamentos sino de disfrutar cada minuto de la vida, porque en el trayecto han aprendido que en cualquier momento puede irse. Son los pequeños que atiende AMANC, enfermos de cáncer, llenos de ganas de vivir.

Pronunciar su enfermedad ya no les asusta ni les causa tristeza, saben que es como cualquiera otra circunstancia que puede superarse, a veces con menos éxito, siempre entregando todo el esfuerzo y soportando estoicamente todo lo que haya que enfrentar.

Así lo señala Juanita Lizet Cruz Cevallos, quien aquejada de un tumor cerebral llegó un día cualquiera de Turuachi, donde nació libre, donde enfermó, dice su mamá, “quién sabe por qué”.

A sus nueve años está convencida de que la Asociación Nacional de Atención a Niños con Cáncer, AMANC, le ha ayudado “mucho, con comida y hospedaje”, cuenta con gran elocuencia, mientras presume los zapatitos negros que le regalaron, moviendo los pies sobre la silla de ruedas que también le fue donada.

“Todos los días don Rubén me lleva al CRIT porque esta mano no podía moverla bien, y ahora apenas la estoy levantando”, señala, con la sonrisa de quien disfruta de cada instante a plenitud, recordando que llegó hace dos años a la ciudad y desde entonces “me han tratado muy bien, pero lo que más me gusta es jugar con los otros niños”, agrega.

Otros niños que han llegado de Camargo, Atascaderos o algún otro lugar de la Sierra, más pequeños o menos sociables, se esconden, pero su sonrisa revela que poco a poco olvidan sus dolores y se aferran a la vida con lo único que tienen: sus esperanzas y el amor de mamás.

Prueba de ello es Valeria que aunque dice tener tres años, parece como de seis, robusta y de mejillas sonrosadas, cuenta que llegó al albergue desde Camargo y que va al hospital, cada mes y medio.

Ya sin miedo, deja que el doctor le revise con gran cuidado para ver cómo ha evolucionado la leucemia que padece, y que no le impide ser reconocida como una gran deportista que “maneja su silla de ruedas como toda una profesional”.

Así viven estos pequeños, entre lo incierto de una curación y la esperanza de volver a ser como todos los niños, poder correr y hacer todo lo que quizá un día pudieron hacer sin problema, hacer lo que muchos pueden y quizá no valoran en todo lo que vale: crecer y alcanzar sus sueños.

Creo no se necesitan mayores detalles, como siempre, la ultima palabra es de ustedes

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