viernes, 6 de julio de 2012

HERMANITOS CON LEUCEMIA

Y esto es el cuento de "nunca acabar", otros dos casos ahora de leucemia en dos hermanitos, ambos están a la espera de un transplante de medula osea.  Una historia bastante triste, como muchas veces lo he mencionado, pequeños cuya única preocupación debería ser jugar, disfrutar su niñez, tienen que estar luchando por su vida a una edad muy temprana.

Adjunto la nota que fue publicada en El Diario de Chihuahua:



Pasan tres años buscando trasplante para su hijo, ahora su hija también necesita uno
José A. García | 06 de Julio del 2012 | 00:36 hrs
 
 Chihuahua,Chih.- Durante 3 años, la familia Cruz Sifuentes buscó la razón por la que su hijo Joshben presentaba grandes complicaciones de salud desde sus primeros meses de vida, finalmente, al niño le fue diagnosticada una rara leucemia, la cual han combatido a través de duros y costos tratamientos, hace un mes, la vida les volvió a dar un duro golpe al enterarse de que Grecia, su hija mayor, también padece la misma enfermedad que su hermano pero aún más agresiva.
La historia de William y Melissa se remonta a los primeros días de vida de su hijo Joshben, pequeño que en aquel momento presentó varias crisis respiratorias, las cuales lo obligaron a ser internado 9 veces durante su primer año, un promedio de 10 a 15 días por cada internamiento.
En aquel momento, William Cruz trabajaba como técnico en una planta maquiladora por lo que contaba con un seguro de gastos médicos mayores entre sus prestaciones con el cual atendieron a su hijo durante varios meses, aunque los exagerados costos provocaron que el padre de familia fuera despedido de su trabajo.
Las deficiencias respiratorias del niño se presentaban por el reflujo y su intolerancia a la leche, motivo por el que fue operado y se le recetó una leche especial, desembolso que todavía alcanzó a ser cubierto por el seguro médico que tenía su padre.
Al perder el seguro y no ver mejoría en la salud de su hijo, William optó por inscribir a su hijo en el Seguro Popular, a través del cual logró ser atendido en el hospital Infantil, lugar donde buscaron que especialistas pudiesen determinar la razón de las crisis respiratorias y las altas temperaturas que siempre presentaba el menor.
Las largas temporadas que el pequeño Joshben pasaba en el hospital provocaron que Melissa, su madre, perdiera el trabajo, mujer que de manera constante tenía que pedir permiso en su oficina para poder permanecer al lado de su hijo.
En el hospital Infantil se formó un grupo de especialistas para analizar el caso de Joshben, grupo conformado por un cirujano, un pediatra, un neumólogo y un oncólogo, quien finalmente diagnosticaron un infiltrado al 90% de leucemia granulocita crónica.
“La noticia nos cayó como bomba”, recuerda William, quien durante ese mismo día se enteró que la medicina que necesitaba su hijo, Imatinib Glivec, tenía un costo de 16 mil 500 pesos por 60 pastillas, las cuales alcanzarían para apenas un mes de tratamiento, debido a que al niño tenía que tomar 2 y un cuarto de pastilla diaria.
Los padres agradecen que la medicina hubiese sido conseguida a través del hospital Infantil, aunque la solución real para el problema de su hijo era un trasplante de médula ósea, motivo por el que la Dra. Ana Cristina García les consiguió una cita en la Ciudad de México.
Durante todo el tiempo que buscaron la salud de su hijo, Melissa concibió a un cuarto hijo, Elian, quien se sumó a Grecia de 7 años, Robbie de 5 años y al pequeño Joshben, quien para ese momento tenía casi dos años de edad.
Su primer viaje al Distrito Federal fue el 22 de marzo del 2012, lugar donde fueron canalizados al Instituto Nacional de Pediatría, donde iniciaron un protocolo de estudios de 25 días, el cual es un requisito indispensable para un trasplante de esta naturaleza, donde hacen una muestra de compatibilidad a los padres del menor y a su hermano Robbie.
A los 15 días, los Cruz Sifuentes recibieron la devastadora noticia de que ningún de los tres era compatible con Joshben, motivo por el que les es sugerido hacer una muestra a Elian, su hijo más pequeño, para determinar si este pudiese ser el donador, estudio que nuevamente fue negativo.
Grecia, su hija mayor, permaneció durante todo este tiempo en la ciudad de Chihuahua, lugar en donde empezó a presentar temperaturas constantes y fuertes dolores en las piernas, tiempo en que pensaron que solamente se trataba de una infección en la garganta.
Después de casi dos meses de permanecer en la Ciudad de México, Joshben y su madre regresaron a la ciudad de Chihuahua, lugar en donde se encontraron a Grecia con muy bajo peso y temperaturas que superaban los 38 grados, motivo por el que fue internada en el hospital Infantil.
Debido al antecedente de su hermano y al presentar síntomas similares, Grecia fue sometida a diferentes estudios para descartar que tuviera la misma enfermedad que Joshben, los cuales arrojaron una serie de datos que apuntaban a un síndrome preleucémico.
Más tarde, como resultado de un infiltrado de leucemia granulocita crónica se determinó que Grecia padecía la misma enfermedad de su hermano pero con un aceleración y agresividad superior, motivo por el que ambos permanecen fueron trasladados a la Ciudad de México para estudiar su caso y buscar el trasplante de médula ósea para ambos.
Los padres dicen que harían todo por sus hijos, aunque las limitaciones económicas se los han impedido, actualmente los gastos en la Ciudad de México han causado estragos en la economía familiar, el padre trabaja en una maquiladora y como mesero durante los fines de semana con la finalidad de obtener los mayores ingresos posibles.
Entre las necesidades que tienen actualmente se encuentra el poder solventar los gastos de la permanencia de los niños y su madre en el Distrito Federal y la construcción de un cuarto para poder aislarlos a su regreso, este último por sugerencia médica, motivo por el que solicitaron la ayuda de cualquier nivel de gobierno, asociaciones civiles, la iniciativa privada o la ciudadanía en general.
“Estoy seguro que algún día despertaremos juntos y recordaremos todo esto como una pesadilla”, dice el padre de los niños, quien asegura que durante la enfermedad ha enseñado a sus hijos a orar, a dar gracias a Dios y a saber valorar la vida.

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