viernes, 5 de abril de 2013

A 30 AÑOS DE LA CONTAMINACION RADIACTIVA EN ACEROS

 Hoy en El Heraldo de Chihuahua se publico esta nota, donde ahora atribuyen el aumento del cancer en la región de Samalayuca en nuestro estado, al confinamiento del material radiactivo que ahí se "aislo", curiosamente:

1.- A pesar de que se nos dice que NO ES CIERTO de los aumentos de cancer, aquí y con esto se demuestra lo contrario.

2.- No existe tampoco estudio alguno que pueda medir en si el grado de afectacion, recordemos que este fue el peor accidente radiactivo en estos lugares y "solamente" se perdieron 10 mil toneladas de material.

En este espacio, utilicen por favor el buscador situado en el extremo superior izquierdo y podrán verificar cuantos artículos están contenidos con este tema y de diversos lugares.  Tenemos el problema en aire, pozos de agua, construcciones sin que se cuente con algún tipo de alerta para la población en general.

Anexo la nota:


Aumentan casos en Samalayuca

No hay estudios de impacto ambiental, a 30 años de contaminación por Cobalto 60
El Heraldo de Chihuahua
5 de abril de 2013

Emmanuel Fernández

CD. JUÁREZ, Chih.- A 30 años del estado de emergencia provocado por el cilindro radiactivo que fue destruido en un yonke de Ciudad Juárez y vendido como chatarra para fabricar varilla de construcción, no existe un estudio del impacto en la salud de los habitantes de Samalayuca, quienes han visto cómo aumentan en la zona los casos de cáncer.

Fue en diciembre de 1983 cuando personal de mantenimiento de una empresa médica desarmó el cabezal de una unidad de radioterapia que se encontraba en desuso desde hacía seis años en una bodega. Del aparato se extrajo un cilindro de 100 kilogramos de peso que contenía Cobalto 60, y luego fue vendido como chatarra.

El resultado del desarme de ese equipo fue la irradiación en aproximadamente 4 mil personas que trabajaban en el patio del "Yonke Fénix", además de vecinos y familiares, al destruir el cilindro para compactarlo y luego venderlo como chatarra a empresas fundidoras de acero.

Nadie sabía la magnitud del problema, mucho menos los empleados de la chatarrera que vendieron el material a las fundidoras, quienes lo mezclaron con más acero para la fabricación de varilla para la construcción.

Aquí en Chihuahua una de las empresas que compraron material contaminado con Cobalto 60 fue Aceros de Chihuahua, S.A. Ese cargamento de materiales fue fundido para transformarlo en varilla, sin embargo, informes señalan que la contaminación con radiación fue descubierta cuando un tráiler cargado con el material para la construcción se aproximó a un laboratorio nuclear de Los Álamos, en Estados Unidos, y las alarmas detectoras de radicación se activaron.

Autoridades del vecino país aseguraron la carga e iniciaron una investigación con ayuda de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardas, descubriendo que el origen del problema inició en el "Yonke Fénix", que vendió también chatarra para la fabricación de piezas de auto, de armadoras como Chrysler y General Motors.

En ese momento se desconocía del problema radioactivo causado por el mal tratamiento del cobalto 60, no fue hasta que en enero de 1984, cuando un tráiler cargado con 30 toneladas de varilla contaminada fabricada por la empresa Aceros de Chihuahua, S. A., fue detectado cuando se aproximó al Laboratorio Nuclear de Los Álamos, en Estados Unidos, donde se encuentran instalados varios detectores de radiación nuclear. Ante ello, este país inició una serie de investigaciones con ayuda de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias, descubriendo que el origen de la contaminación radiactiva era El "Yonke Fénix".

Varias toneladas de dicha varilla fueron recuperadas, incluso se demolieron edificios y viviendas que habían sido construidas con ese metal, pero según Agustín Horcasitas Cano, quien fue gerente de producción de Aceros de Chihuahua, calculó que cerca de 10 mil toneladas de material contaminado no fue recuperado.

Se determinó que los desechos que se lograron recuperar había que depositarlos en una zona inhóspita, y llegaron al acuerdo de dejarlos en el desierto de Samalayuca, cementerio nuclear improvisado, donde no se realizaron los estudios adecuados del impacto ambiental que causaría.

Ejidatarios de Samalayuca han pedido el auxilio de ecologistas e investigadores, pues aseguran que los mantos freáticos fueron contaminados por la radiación de las varillas. Un investigador de la Universidad Autónoma de Chihuahua de nombre Carlos García Gutiérrez, advirtió que existía la posibilidad de la contaminación del manto freático del que alguna vez se pensó para abastecer a Ciudad Juárez.

"La varilla que se envió en ese entonces (1984) está enterrada apenas unos metros arriba de los mantos, pero es más grave que en la actualidad estén varias toneladas a flor de tierra y una gran cantidad todavía en la ciudad de Chihuahua", expresó el científico en ese momento.

Ninguna autoridad, municipal, federal, estatal o universitaria, ha realizado un estudio sobre las verdaderas afectaciones de este accidente, tanto en los seres humanos y mucho menos en la flora y fauna de la zona, por lo que los habitantes de este lugar solicitan un análisis a detalle, debido a que han visto cómo surgen cada vez más casos de cáncer atribuidos a la radioactividad en la zona.




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